Mareos por Cervicales: Cómo Detectarlos y Tratarlos con Eficacia
¿Qué relación hay entre las cervicales y los mareos?
Si tienes dolor cervical ya lo sabes, una "simple" molestia cervical puede generar un conjunto de síntomas que van mucho más allá del dolor local. Uno de los más comunes y desconcertantes para muchos pacientes es la sensación de mareo, inestabilidad o vértigo. Este fenómeno se conoce como mareo cervicogénico o vértigo cervical, y es una realidad más frecuente de lo que se cree.
Las vértebras cervicales —especialmente las superiores— tienen un papel crucial en el equilibrio, ya que albergan receptores propioceptivos y estructuras nerviosas que ayudan al cerebro a percibir la posición del cuerpo en el espacio. Además, por esta zona pasan arterias importantes como las vertebrales, que irrigan partes del cerebro encargadas del control del equilibrio. Cuando hay rigidez muscular, inflamación o alteraciones posturales, estas estructuras pueden comprimirse o enviar señales erróneas al sistema nervioso, desencadenando la molesta sensación de mareo.
¿Cómo se sienten los mareos de origen cervical?
Uno de los mayores retos de los mareos cervicales es que no siempre se manifiestan de la misma manera. Algunos pacientes sienten una ligera inestabilidad al caminar, como si el suelo se moviese bajo sus pies. Otros describen una especie de presión en la cabeza, zumbidos, confusión mental o incluso náuseas.
En consulta, he visto pacientes que llegan convencidos de que padecen un problema en el oído o incluso una alteración neurológica grave, cuando en realidad, el origen está en su columna cervical. Muchos refieren síntomas como:
-
Mareo leve constante, con sensación de balanceo.
-
Dificultad para enfocar la vista o una percepción borrosa.
-
Dolor de cuello que sube hacia la cabeza, incluso hacia los ojos o sienes.
-
Pesadez mental, fatiga y problemas de concentración.
Una constante en todos ellos es que la molestia no es momentánea, sino que se prolonga e interfiere con su calidad de vida.
Causas comunes del mareo cervical: más allá del dolor de cuello
La causa principal suele ser la tensión excesiva en los músculos del cuello, que afecta a las vértebras superiores (atlas y axis) y puede comprometer el riego sanguíneo o el flujo de información sensorial hacia el cerebro.
En mi experiencia, un gran porcentaje de los pacientes consultan por dolores cervicales acompañados de mareos. Esto se debe, en muchos casos, a un uso excesivo del ordenador, a malas posturas mantenidas durante horas o incluso al estrés que se somatiza en la zona del cuello y los trapecios.
Sin embargo, no todo tiene que ver con el estilo de vida. También he tratado numerosos casos derivados de traumatismos, como latigazos cervicales en accidentes de coche, caídas esquiando o golpes deportivos. Muchas veces, estos eventos pasan desapercibidos al principio, pero semanas después aparecen los síntomas de inestabilidad y dolor.
La clave está en comprender que la causa no siempre es evidente de inmediato. Por eso, un buen diagnóstico inicial es esencial para resolver el problema desde la raíz.
Principales síntomas asociados: del cuello al cráneo
Los mareos cervicales rara vez aparecen solos. A menudo vienen acompañados de una serie de molestias físicas que ayudan a identificar el origen cervical:
-
Dolores irradiados desde la base del cráneo hacia arriba, afectando la parte superior del cráneo, sienes e incluso ojos.
-
Tensión constante en la parte alta de los trapecios.
-
Rigidez en la unión entre las cervicales y las dorsales.
-
Sensación de cabeza embotada, como si estuviera envuelta en una niebla.
-
Dolor al mover el cuello o girar la cabeza rápidamente.
-
Zumbidos en los oídos o presión en el oído interno.
En consulta, noto que muchos pacientes se quejan especialmente de una presión persistente en la nuca, que no desaparece con analgésicos y que empeora al final del día. Este patrón es un claro indicio de que el problema no es solo muscular, sino funcional y estructural.
Diagnóstico correcto: la clave para una solución efectiva
Es habitual que los pacientes lleguen después de múltiples visitas al otorrinolaringólogo, neurólogos o clínicas de fisioterapia, sin encontrar respuestas. Esto se debe a que los mareos cervicales no siempre aparecen en resonancias o pruebas tradicionales. Son alteraciones funcionales, no lesiones visibles.
Por eso, en mi enfoque, lo primero y más importante es realizar una evaluación manual y postural exhaustiva, palpando las zonas críticas: base del cráneo, unión cervico-dorsal, trapecios y puntos gatillo. También observo si hay alteraciones en la movilidad, en la simetría muscular o signos de pinzamiento en las arterias vertebrales.
Este tipo de diagnóstico requiere experiencia clínica y sentido palpatorio, algo que no pueden ofrecer las máquinas. Cada cuerpo es único, y el enfoque debe adaptarse a cada caso específico.
Cuando el diagnóstico es certero, el tratamiento no solo es eficaz, sino que los resultados llegan rápido y se mantienen en el tiempo.
¿Cómo se trata el mareo cervical? Soluciones eficaces desde la primera sesión
El tratamiento del mareo cervical no tiene por qué ser largo ni complicado. En mi experiencia, la mayoría de los pacientes notan una mejora significativa en las dos primeras sesiones, especialmente cuando se libera la base del cráneo, la zona de trapecios y la unión entre las cervicales y dorsales.
En consulta, utilizo técnicas como:
-
Liberación miofascial para relajar las tensiones profundas.
-
Terapia manual en la base del cráneo y vértebras superiores.
-
Movilizaciones suaves y adaptadas para desbloquear articulaciones rígidas.
-
Estiramientos específicos para devolver movilidad al cuello.
-
Consejos posturales personalizados según la actividad diaria del paciente.
Una de las causas más frecuentes es el pinzamiento de las arterias vertebrales, que ocurre al pasar por las vértebras cervicales. Esto se manifiesta con dolor en la nuca, irradiación a la cabeza y sensación de vértigo. Al liberar esas tensiones con las manos, el alivio suele ser inmediato y muy evidente para el paciente.
Resultados duraderos: por qué el tratamiento personalizado es lo único que funciona a medio y largo plazo.
Cada paciente llega con una historia diferente: uno trabaja todo el día frente al ordenador, otro sufrió un accidente de coche, y otro más tuvo una caída esquiando. Lo que tienen en común es el impacto incapacitante del mareo cervical en su día a día.
Por eso, el tratamiento debe ser completamente personalizado. No se trata de aplicar una técnica genérica, sino de entender el estilo de vida, hábitos posturales, historial de lesiones y nivel de tensión muscular de cada persona.
Este enfoque me ha permitido resolver casos muy complejos en pocas sesiones, con una eficacia duradera. Como terapeuta, es profundamente satisfactorio ayudar a una persona a recuperar su equilibrio —literal y figuradamente— con un trabajo preciso, cuidadoso y efectivo con las manos.
Consejos prácticos para evitar los mareos cervicales
La prevención es tan importante como el tratamiento. Aquí comparto algunas recomendaciones esenciales que doy a mis pacientes para evitar recaídas:
-
Evita posturas mantenidas por mucho tiempo. Si trabajas frente al ordenador, toma micro pausas cada 45 minutos.
-
Ajusta tu ergonomía: monitor a la altura de los ojos, silla con respaldo recto y pies apoyados en el suelo.
-
Fortalece y estira tu musculatura cervical con ejercicios suaves diarios.
-
Duerme con una almohada adecuada, que mantenga la cabeza alineada con la columna.
-
Evita el estrés, ya que tiende a acumularse en cuello y hombros.
-
Practica técnicas de relajación como la respiración consciente o la meditación, que ayudan a liberar tensiones físicas y emocionales.
Estos simples ajustes pueden marcar una gran diferencia en la calidad de vida.
Casos típicos y soluciones reales desde la consulta
Cada semana trato a personas con este tipo de cuadros. Uno de los patrones más comunes es el paciente que lleva semanas con mareos, acude a varios especialistas sin resultados, y descubre en consulta que el origen estaba en su cuello.
Recuerdo especialmente a una paciente joven que tras un golpe de esquí comenzó a sentir vértigos y dolores intensos que irradiaban desde la nuca hacia el ojo derecho. Con dos sesiones centradas en liberar la base del cráneo y el trapecio superior, recuperó completamente su estabilidad. O el caso de un informático que, tras años de dolores cervicales y visitas a otorrinos, solucionó sus síntomas al corregir su postura y desbloquear la unión craneo-cervical.
Son casos que muestran cómo, con un buen diagnóstico y una intervención manual adecuada, se pueden revertir situaciones que parecían crónicas en cuestión de días.
en cada caso
Los mareos de origen cervical son una condición más común y tratable de lo que muchos creen. La clave está en reconocer su causa funcional, actuar con precisión terapéutica y personalizar cada tratamiento.
Como terapeuta, me gratifica enormemente ver cómo una persona que llega preocupada, desorientada y limitada por los mareos recupera su bienestar en pocas sesiones, simplemente liberando las tensiones adecuadas. El cuerpo tiene una enorme capacidad de autorregulación; solo hay que saber dónde intervenir en cada paciente.
Si tú o alguien cercano sufre estos síntomas, no te resignes a convivir con ellos. Busca un profesional que entienda la relación entre el cuello y el equilibrio, y déjate ayudar. A veces, la solución está literalmente al alcance de las manos.
Buscaba un centro para descontracturar mi espalda y he salido con todo el cuerpo reequilibrado y compensado .... Luis es un gran profesional, sus sesiones de osteopatía son super completas, nada agresivas y sus explicaciones me han resuelto dudas que hacía tiempo estaba buscando. Lo recomiendo 100%Fui a Osteobarcelona a que me hiciesen una valoración postural y me tratase un dolor constante en la espalda y la verdad es que salí como sí tuviese un cuerpo nuevo. Mucho más recta y consciente de mi cuerpo. Luís es súper amable y muy buen profesional, la verdad es que lo recomiendo sin duda alguna.